Resumen |
La Unión Europea también se ha encontrado con serias dificultades<br/>en su mediación y con el desdén con que los afectados parecen haberse acostumbrado a tratar a la comunidad internacional. En diciembre se<br/>ha podido intuir una grieta entre los propios representantes europeos.<br/>Parece que las duras críticas y exigencias que Javier Solana ha lanzado<br/>a Yaser Arafat, se apartan del respaldo y función de “buenos oficios” que<br/>Miguel Angel Moratinos ha ejercido siempre con el presidente de la<br/>Autoridad Nacional Palestina. La cúpula palestina consideró de traición<br/>esta nueva orientación, pues como Arafat llegó a declarar los mediadores europeos conocen perfectamente sus dificultades internas para cumplir la exigencia de poner fin a la ofensiva de los grupos islámicos, a lo<br/>que se añade los actos de violencia israelí sobre los territorios palestinos,<br/>que lejos de invitar a la pacificación, contribuyen a la radicalización de los<br/>sectores integristas y a la prolongación de la Intifada. Por su parte, los<br/>Quince han tratado de equilibrar la balanza al exigir a Sharon que reconsidere su actitud respecto a la campaña de desprestigio y debilitamiento<br/>de Arafat, así como al solicitar la retirada de fuerzas militares de los territorios, el fin de las ejecuciones extrajudiciales, el levantamiento de las<br/>restricciones al pueblo palestino y el fin de la política de asentamientos.<br/>Sin embargo el gobierno israelí ha hecho oídos sordos a estas peticiones.<br/>En este contexto el presidente palestino se ha dirigido a José María<br/>Aznar, quien recientemente había visitado la zona, para solicitar un respaldo más contundente de la Unión Europea durante el periodo de la<br/>Presidencia española.<br/>— 240 —<br/>En la Asamblea General de las Naciones Unidas de diciembre se aprobaron seis resoluciones sobre el conflicto de Oriente Próximo. En ellas se<br/>pidió, entre otras cosas, el regreso a las negociaciones, se declaró ilegal<br/>la jurisdicción israelí sobre Jerusalén, se pidió la retirada de los Altos del<br/>Golán y se expresó la necesidad de proporcionar ayuda humanitaria al<br/>pueblo palestino. Estados Unidos e Israel votaron en contra. A mediados<br/>de mes, Washington volvió a respaldar al Gobierno israelí, vetando por<br/>sexta vez desde 1990, una resolución esta vez del Consejo Seguridad<br/>para mediar en el conflicto.<br/>Yaser Arafat se ha visto contra las cuerdas debido a la oleada de atentados suicidas de los grupos integristas de Hamas y de la Yihad Islámica.<br/>Estos sectores amenazan con la ruptura de la unidad de los palestinos en<br/>el objetivo de alcanzar un Estado propio. De ahí que el presidente actúe<br/>de forma poco tajante contra ellos a los ojos de la comunidad internacional y que exponga su temor al desencadenamiento de una guerra civil,<br/>aunque existen sectores palestinos que no comparten esta visión catastrofista. Esto no ha impedido que a lo largo del mes, se hayan producido<br/>numerosas detenciones de miembros de estos grupos radicales en los<br/>territorios palestinos. En la cúpula palestina han empezado a elevarse<br/>voces que cuestionan la política de Arafat y su capacidad para terminar<br/>con la lacra del terrorismo, que ningún posible sucesor quisiera heredar.<br/>La política israelí se ha centrado en una campaña de desprestigio del<br/>líder palestino. Ariel Sharon llegó a declarar a Yaser Arafat como “persona<br/>no relevante” y mantuvo un comportamiento de total ignorancia al “rais” y<br/>su cúpula de Gobierno. Los propios responsables del servicio secreto<br/>israelí (Departamento de Inteligencia Militar), el ministro de Asuntos<br/>Exteriores, Simón Peres, y la Unión Europea han tenido que llamar la atención del primer ministro Sharon para convencerle de la necesidad de mantener al presidente palestino como interlocutor válido en el Proceso de<br/>Paz. En el plano de la acción directa, se han intensificado los bombardeos y las incursiones del Ejército israelí en Gaza y Cisjordania. Se ha procedido a la destrucción del cuartel general de Policía y de varios edificios<br/>de la Autoridad Nacional Palestina. Además se han producido enfrentamientos entre la Policía palestina y el Ejército israelí.<br/>Se cierra el año con un capítulo, no sólo sin resolver, sino que cada vez<br/>invita más al pesimismo sobre una situación que acabará afectando profundamente a todos los proyectos y miradas que se ciernen sobre el<br/>Mediterráneo.<br/>— |